Tengo una experiencia de tolerancia que quiero compartir con ustedes.
En este proceso de descubrir mis talentos a ver para qué es que sirvo, y como puedo hacer que esos talentos me den dinero, me puse a hacer collares, que además de darme algunos pesos es una actividad muy entretenida. En fin.... mi suegra con muchos ánimos de ayudar me presenta a su cuñada, una norteña guapa y con espíritu de emprendedora. No me pregunten como pero el único dia que vi la señora la conversación paso de una relajada plática de comida, a una mesa inquisodora donde yo era la acusa y ella el verdugo.
El tema de discusión, el como yo creía que las fiestas en su mayoría (no todas) generaban estrés y frustración mas que alegría; no había manera de resarcir mis palabras ni de darle la vuelta a la plática, para que fuese un "mi punto de vista que en nada te afecta" y no un "colombiana desagradecida y burlona de mis costumbres"
Todo el mundo callado y esta mujer dandome una paliza, pues no hubo forma por mas que yo decia "no me malinterpretes" y el ella decia y el yo decía, paso al ella me dice todo lo que se le ocurría.
Todos
mis entidos alertas, mis pupilas a punto de soltar la lágrima, mi esposo se acerca a mi silla en actitud de YO estoy contigo, cosa que valoré mucho, y yo callada escuchando la reprimenda de la señora.
Finalmente cuando se canso de trapear el piso, de algún modo se pusieron a hablar de otra cosa.
Confieso que mi profunda intención era AHORCARLA!!!!!! Y que en otro momento de mi vida sabrá Dios como hubiera yo reacccionado, pero esta vez "comí callado"
Figurense que la doña esta pasadas unas semanas, supongo que por verguenza me encargo hacerle unos collares para vender, y yo con el ship de que el dinero debe fluir hice los collares y me gane una buena plata.
A donde va esto: sí, me senti terrible ese día, avergonzada, preocupada, ínfima, y si yo hubiese reaccionado agresivamente a sus ataques seguramente me habría ganado una enemiga y no la clienta que por pena o por quien sabe que, me compró 5 docenas de collares.
Esto me recuerda el chiste de una mujer que prepara las rebanadas de jamón cocido para cenar cortándoles los dos extremos. Su marido, que ya había observado dicha práctica, le pregunta un día por qué corta los extremos del jamón. Ella le contesta: “Así lo hacía mi madre”. Resulta que la madre de ella venía esa noche a cenar. Así que le pregunta por qué cortaba los extremos del jamón, a lo que ella responde: “Mi madre lo hacía siempre así”. De modo que deciden llamar a la abuela por teléfono para hacerle la misma pregunta. ¿cuál creéis que fue su respuesta? “¡Porque mi sartén era demasiado pequeña!”.
Cambiar la forma de hacer las cosas puede darnos una vuelta inesperada en nuestra vida, un simple acto de raciocinio nos muestra sabiduría, de igual manera un acto de ira... pilas a reaccionar acertivamente, o pregúntele a los presos arrepentidos.
GÁNESE UNA PLATA MIENTRAS AYUDA A LOS DEMÁS ES SUPER INTERESANTE ESTE TEMA, HAGA PARTE DE UN PROYECTO DE VIDA COMO DIRÍAN LOS MEXICANOS ... MUY CHINGON!!!
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