En los eventos a los que asisto, encuentro un tópico común. ¿Cómo haces para la captación y la consolidación de un grupo de colaboradores efectivo?
Se me ocurren tantos adjetivos vernáculos para adornar mi respuesta, ninguno de ellos propio de esta comunidad. Y aunque encuentras literatura amplísima sobre el tema, gurús haciendo fila para instruirte en el milenario arte de hacer equipo y no morir en el intento, como en el amor, la experiencia es irrepetible y para nada homogénea.Las opiniones tan variopintas segregan al equipo, los intereses monetarios que evidentemente circulan dentro del ámbito laboral nos ponen de uno u otro lado del equipo, pero por sobretodo el cómo. Finalmente (y quiero creer) que el objetivo es el mismo: llevar a buen término esa familia (disfuncional) a la que llamamos empresa. Pero el cómo se llega a la consecución del objetivo es el meollo del asunto.
De mi parte es un trabajo continuo, diario, de acomodo y engrase de tuerca. Lo que sí es cierto, es que hay esperanza. Dentro de ese grupo siempre (aunque rebuscadito) se encuentra un colaborador que se convierte en el que interpreta mi lenguaje, ese partner que traduce el jeroglífico llamado liderazgo.
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